CREENCIA RELIGIOSA Y VALORES ÉTICOS |
A lo largo de esta página pretendemos dos objetivos:
1.- Descubrir lo común en la moral emanada de las distintas creencias religiosas y de forma particular el cristianismo..
2.- Analizar y valorar la necesaria aportación desde la etica religiosa especialmente desde el cristianismo-, a un ËTICA de MINIMOS; así como conocer comparativamente los planteamientos morales que permitan ideales, desde los cuales y hacia los cuales, caminen los distintos grupos sociales de la humanidad.
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LA FUNCION MORAL DE LA RELIGION
I.- ETICA Y CREENCIAS RELIGIOSAS: CUESTIONES GENERALES..
Hay sin duda muchas razones para la persistencia de los sistemas de creencias religiosas. Seguramente de gran significancia es su función moral. Porque incluso aunque la adoración al Dios Padre o lo trascendental invisible no haya sido derrotada por la modernidad, las instituciones religiosas retienen otra función principal. Ellas suministran un sistema de reglas y normas de conducta. Es verdad que miles de sectas y cultos han sido practicados por una amplia variedad de grupos socioculturales en el pasado. Es también verdad acerca de las grandes religiones históricas, las cuales nos proveen con los Diez Mandamientos, el Sermón de la Montaña, las Virtudes del Corán, el Sendero Budista de la Rectitud. En un último análisis, ¿provee la religión de un fundamento necesario para la moralidad? ¿Las reglas morales juegan un importante rol biogenético en la lucha por la sobrevivencia?
Los sociobiólogos también han sugerido que si grupos sociales tienen que afrontar la adversidad, entonces ellos necesitan reglas internas para gobernar su comportamiento: sistemas morales, además tienen algunos valores adoptativos y aquellos enraizados en la religión ayudan a santificar su ambiente y aseguran un sentido de obligación y obediencia. Mas aún, sistemas sagrados de reglas morales ayudan a determinar quienes sobrevivirán y quienes se reproducirán.
Las religiones además no son un simple sistema de creencias, ellas definen un modo de vida. En ellas yacen normas de conducta que regulan varias formas de comportamiento. Ellas pueden gobernar la relación entre los sexos y determinar qué conducta sexual es virtuosa o pecaminosa. Esto tambien se aplica a la estructura de la familia, delineando el rol apropiado del padre, madre e hijos. De la misma manera, operan sobre otras instituciones sociales complejas, las cuales introducen sus códigos de conducta. Algunas acciones son juzgadas ejemplo de virtud y nobleza, y son recompensadas tanto en esta vida como en la siguiente. Otras son consideradas malvadas e impermisibles, y quizás puedan ser castigadas con la muerte, excomunión, exilio, castigos físicos, prisión o desfavoreciéndolas. El significado original del término moral esta relacionado a lo mores, el cual se refiere a las tradiciones normativas y hábitos de personas que viven y trabajan juntas. Presumiblemente, aquellos grupos con un sistema bien regulado de conducta que pasan de generación en generación no tienen que ir inventado nuevas reglas a cada momento. Pueden instruir a sus hijos en la moral de los padres, y así asegurar alguna cohesión y proveer alguna unidad interna necesaria para la perpetuación del grupo. Aquellos individuos o grupos que no pudieron conformar el código no sobrevivirían, y de aquí que ellos no podrían trasmitir sus disposiciones genéticas a futuras generaciones.
La moralidad, en este sentido, es además un método de adaptación, y cuando esta unida a la religión adquiere sanción divina. Hay recompensas y retribuciones divinas, y el amor o temor a Dios provee los motivos para las obligaciones y deberes morales y obligaciones. La moral no es una simple confección del hombre, sino que es inspirada divinamente. Moisés trajo del Monte Sinaí los Mandamientos de Dios para los Hijos de Israel. Esto suministra una base sagrada para su sistema político patriarcal, y el divino derecho para gobernarse. Es la unión de la religión y la moralidad que refuerza el sistema moral, además la moralidad tiene una profunda función sociológica; provee de un marco de trabajo y el lazo de integración que capacita al grupo para preservarse así mismo y sus funciones. Como los seres humanos son animales sociales capaces de sobrevivir fuera de una comunidad, la moralidad tiene también una función biogenética.
Todo esto es esencial, si entendemos el rol histórico positivo que juega la religión. Incluso si un código de moral religioso es severo, siempre suministra algunas bases para la estabilidad y el orden, y esto previene una conducta anárquica. En obediencia a las normas tradicionales, alguna medida de la paz social es mantenida.
Enlazar la moralidad a la religión, tiene sus complicaciones y problemas, como la historia del hombre lo demuestra. Primero donde hay un cambio social, un sistema fijo posiblemente encuentre dificultad de acomodarse. Puede ser intolerable intentar flexibilizar los mandamientos absolutos de la moralidad de la religión y aplicarlos a contextos únicos donde se requiera tomar decisiones. A menudo en la esfera moral, no es una pregunta entre lo malo y lo bueno, lo correcto o equivocado sino entre dos o más virtudes o bondades, de los cuales no podemos tener ambos, o entre el menor de dos males. Aunque un sistema cohesivo puede ayudar a definir derechos y responsabilidades, podría llegar a ser represivo sin permitir nuevas interpretaciones o modificaciones de la práctica que podrían ser necesarias, y así llegar a ser obstáculo de progreso. Esta falla es exacerbada cuando el sistema tradicional de moralidad encuentra alternativas morales nuevas (inevitable en la historia humana). El conflicto de competencia moral hace más difícil negociar los compromisos. Antiguamente los Griegos caracterizaban los valores morales de otras naciones como «bárbaras», aunque incluso entre las ciudades-estado helénicas existieron una amplia variedad de costumbres, como se ve en la diferencia entre los códigos de moral de Esparta y Atenas. Las cruzadas cristianas chocaron con las ideas morales musulmanas. Marco Polo mas tarde dio a conocer a Europa las extrañas diferencias culturales de Genghis Khan y el imperio chino.
Es en este contexto que la moralidad tradicional puede llegar a ser un obstáculo para el avance y entendimiento del hombre especialmente si es chauvinista, étnico o nacionalista. La espada llega a ser el juez de lo correcto o incorrecto. Las diferencias en la moralidad son resueltas por la guerra y conquista, cuando un grupo busca imponer su modo de vida sobre otro, tal como Alejandro el Grande intentó hacerlo cuando el conquisto Persia, solo para tener a sus sucesores subyugados por modos de vida persas. Hoy con la interculturalidad y la emigración masiva, estas cuestiones, reaparecen de formas distinta al pasado, pero las tentaciones de monopolio, son las mismas.
Un sistema de leyes debe aparecer finalmente para resolver disputas entre pueblos o definir ciertas formas de conducta como legalmente permisibles y otras como ilegales e impermisibles y reforzar el código de vida por el poder o el estado. Con el tiempo, las religiones tribales en sí mismas deben llegar a ser más universales, como cuando el cristianismo intentó transformar el judaísmo de una religión nacionalista a un mensaje universal para todos los seres humanos, y como el Islam tiempo después buscó imponer su moral y ley en un amplio territorio geográfico conquistado.
Regresando al tema biogenético en este contexto, podemos preguntar: ¿Las instituciones religiosas influyen en el curso de su evolución? La respuesta es afirmativa para la mayoría de las religiones, particularmente las históricas, determinando quién podría producir y por qué. Aunque esta reproducción de reglas es variada. Hay reglas que gobiernan el infanticidio y el aborto, así si los fetos defectos pueden sobrevivir depende de las reglas sociales. Antiguamente las sociedades griegas practicaban el infanticidio aunque los cristianos y musulmanes se oponían. Similarmente en las sociedades judías y musulmanas, en las cuales se practicaba la circuncisión, algunos infantes morian bajo el cuchillo mohoso del rabino o sacerdote. Algunas religiones practican ritos de iniciación o ceremonias de pubertad. Algunas enaltecen el celibato, la castidad y la virginidad, otras son mas permisivas en permitir la libertad sexual. Las sociedades judías y cristianas llegaron a ser monógamas, los musulmanes han practicado la poligamia. Los sacerdotes católicos y budistas practicaban el celibato, pero los rabinos judios, los mullah musulmanes y los teólogos protestantes se procreaban y multiplicaban sus hijos. Hay reglas que gobiernan el divorcio y el segundo matrimonio. Muchas prácticas fueron puramente fortuitas, por ejemplo Mahoma se vió envuelto en varias guerras donde muchos de sus soldados fueron muertos, de aquí se pensó que los más apropiado para un hombre era tomar más de una mujer. La necesidad del cuidado de viudas y huérfanos es referido constantemente en el Corán.
Todos estos mandamientos tenían una inevitable influencia causal sobre la estrategias reproductivas y los tipos de personas que podrían reproducirse, independientemente de la adaptación al ambiente. Similares influencias profundas sobre el comportamiento biológico se ejercen en otras maneras: Los hindúes lavaban a sus muertos en el Ganges y también depositaban los cuerpos allí, sin duda esto fue una causa de enfermedades infecciosas. Los peregrinos musulmanes camino a la Meca soportaban la dureza del viaje expuestos a enfermedades tales como el cólera. Los cristianos en la misa besaban el mismo crucifijo y bebían del mismo caliz del vino, así se trasmitían las enfermedades infecciosas. Algunas religiones habían adoptado un elemento fatalista hacia la enfermedad y el dolor, el cual tiende a impedir o debilitar los esfuerzos de la ciencia médica para el descubrimiento de curaciones. Por mucho tiempo, hubieron religiones que prohibían las autopsias. Por eso hay fuerzas poderosas inconcientes e muy irracionales que interfieren con la selección natural.
Hay otro tema a ser discutido, es si los individuos pueden o no ser liberados de las estrictas reglas morales que gobiernan el grupo social. Es claro que otro desarrollo positivo ocurriría en la historia humana, éste fue el divorcio de la ética de la religión y las costumbres morales, así como también los esfuerzos independientes para establecer la ética como un campo autónomo de la investigación basada en la razón, enteramente libre de las sanciones religiosas.
Fueron los sofistas griegos quienes hicieron posible este desarrollo. En los viajes de ciudad-estado a ciudad-estado, ellos fueron impresionados por la relatividad de la conducta moral. Los hombres y mujeres adoraban diferentes ídolos y practicaban diferentes valores morales, y los maestros itinerantes se dieron cuenta de estas diversidades y las rechazaron a todas ellas. Trasímaco, Calicles, Gorgias, Protágoras y otros vieron que esos valores eran relativos a la sociedad en los cuales estaban y que ha menudo eran mantenidos por élites sociales para su propio interés. De aquí que los sofistas llegaron a ser escépticos y cínicos acerca de los absolutos. En cambio ellos practicaron el propio interés, el arte de la obtención del éxito e ir adelante (principalmente como hacer amigos o influenciar en la gente). Sócrates y Platón buscaron el establecimiento de un nuevo campo de la ética fuera de toda competencia, uno que no esté basado solamente en la convención sino que tenga algún fundamento en las leyes naturales. Ellos también buscaron desenmascarar los mitos homéricos -como lo hacen Sócrates y Adamanto en La República- como una base inadecuada e hipócrita para la conducta moral. ¿Estaban estas ideales morales - bondad , virtud, belleza, verdad, justicia- dentro de la naturaleza de las cosas, como Sócrates pensó? ¿y podrían servir como una guía para la conducta?
Aristóteles siguió a través de esta búsqueda en la Etica Nicomaquea planteando una búsqueda empírica, basada en la razón práctica. ¿Qué es lo bueno? se preguntaba, y ¿cómo podemos lograr una vida buena? Expuso un método racional para perfeccionar la naturaleza humana realizando nuestras potencialidades, logrando alguna medida la excelencia, la nobleza, la eudaemonia o la felicidad. Los filósofos han demostrado desde entonces que la ética puede estar basada en la razón. No necesita estar sujeta a la moralidad tradicional o la doctrina religiosa. Así si los códigos morales tenían en sus comienzos una función social, requerida por la naturaleza del ser humano, si él tiene que vivir en comunidad y sobrevivir, no necesita tener sanción divina para ser cumplido o hacer cumplir. Los hombres modernos han buscado desde entonces establecer las condiciones de la buena vida en fundamentos racionales y juzgar las conductas morales por sus consecuencias en el comportamiento para el bien o el mal. Una acción es considerada buena si maximiza la felicidad humana y minimiza el sufrimiento, y la mala si ocurre lo contrario. Además hay normas de justicia, las cuales pueden ser justificadas independientemente de cualquier fundamento teológico, como lo demostró Kant. La conciencia moral tiene sus propias fuentes: la empatía y el altruismo suministran motivos adicionales para el comportamiento moral. Aunque no hay duda que en caso de que sistemas de creencias religiosas puedan haber tenido una función moral y social y éstas a menudo lo hicieron bien, la humanidad ha sobrepasado esta necesidad.
De ser un factor que facilite la conducta moral, la religión se puede convertir en un obstáculo. Porque la moralidad basada en hábitos sociales atrincherados y autoridades religiosas fanáticas pueden ser impedimento para el progreso humano, la necesaria reforma moral y la aplicación de la inteligencia crítica para la solución de problemas humanos.
II.- APROXIMACIÓN AL MODELO DE LA FIGURA ETICA DEL CRISTIANO.
1. Valoración de los esquemas vigentes
La moral vivida del cristiano se encuentra supeditada al deber para con Dios, ya que "de él proviene y hacia él va". Su actitud perfecta se materializa por medio de la vida en caridad.
La base fundamental son los mandamientos (formulación positiva de la moral) donde se encuentran los deberes esenciales del hombre cristiano ( e indirectamente los derechos fundamentales de la naturaleza de la persona humana).
La moral cristiana está organizada en torno al esquema de las virtudes Teologales (fe, esperanza y caridad) y Cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza).
2.Hacia un esquema coherente
En el "diseño de la figura moral cristiana" cobran importancia la autonomía ética (comportamiento moral responsablemente asumido) como ideal moral; y la justicia ética, por medio de la búsqueda de la igualdad y reciprocidad.
La autonomía y la justicia ética, identifican la ética del cristiano, donde la caridad (rasgo decisivo del ^ethos cristiano en cuanto amor a Dios), es el "pilar" que identifica la figura moral del mismo.
La caridad es la virtud por la cual el cristiano ama a Dios sobre todas las cosas, por El mismo y al prójimo como así mismo por amor a Dios.
La caridad es superior a todas las virtudes teologales. El ejercicio de todas las virtudes está animado e inspirado por ella. La caridad es el vínculo de la perfección, la forma de las virtudes (Santo Tomás) y que las articula y las ordena entre sí; es fuente y término de su práctica cristiana. Toda la vida moral es la "mediación" del dinamismo de la caridad.
La vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual de los hijos de Dios, en el sentido que éste no se halla ante Dios como esclavo en temor servil, sino como un hijo que responde al amor del que nos amo primero.
La caridad exige la práctica del bien; es benevolente; suscita la reciprocidad; es desinteresada y generosa; porque "reside precisamente en la indisoluble conexión del amor a Dios y el amor al prójimo".
La actitud ética cristiana se impone a partir de su referente cristiano, la tradición moral y la virtud.
En la ética cristiana son válidas las categorías básicas que permiten la elaboración de un pensamiento ético En el campo cristiano se estima la ausencia de principios seguros, que garanticen las relaciones justas entre los hombres, de no ser por la existencia de una verdad trascendente, por medio de la cual, el hombre conquista su plena libertad. De no reconocer esta verdad trascendente, triunfa la fuerza del "poder interesado" que no respeta el derecho de los demás.
Hasta que el hombre no llegue a encontrarse definitivamente con su último bien que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y de por lo tanto crecer en perfección, o de flaquear y de pecar. La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida que éstos son voluntarios. El progreso de la virtud y el conocimiento del bien hacen crecer el dominio de la voluntad.
Libertad humana significa responsabilidad del sujeto (que a su vez supone libertad). La mayor o menor libertad del sujeto implica mayor o menor responsabilidad conductual.
El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad del hombre. En la medida que la persona hace más el bien, se va también haciendo más libre.
III. PRECISIONES FINALES.
RACIONALIDAD ETICA
La ética es una consecuencia de la razón, ya que dentro de la racionalidad busca descubrir el significado auténtico de la realidad humana. Sólo la razón da válida cabida al discurso ético.
De la acción humana, se constatan sentidos que se convierten en fines conseguidos por previa aceptación de preferencias. Las preferencias éticas son elegidas racionalmente con imparcialidad y bajo estricta "pureza original". Sólo así se puede configurar la justicia como imparcialidad racional, criterio por medio del cual se orienta éticamente la historia humana. Además, la racionalidad ética se concreta en el principio de responsabilidad.
De lo anterior se deduce que la ética se mueve dentro de la racionalidad crítica (organizada mediante el diálogo entre las personas), orientada a descubrir el auténtico significado de la realidad humana. La ética dialógica puede ser la base para construir y vivir la racionalidad ética en el momento presente.
¿TIENE LA ETICA FUNDAMENTO FILOSOFICO?
En la ética se compromete el destino del hombre en su más trascendente proyección., aunque no sepa a qué está llamado a ser, cuál es su fin y qué sentido tiene su existencia.
Sin embargo efectivamente tiene una razón de ser, que la vida sí tiene un sentido. Sin que nadie la programe o dirija se orienta hacia sus propios fines.
El hombre proyecta su vida con los talentos que le han sido dados, pero que como todo proyecto tiene un fin.
La ética ha ocupado un lugar en la filosofía desde el surgimiento mismo de la filosofía. La responsabilidad ética en filosofía ha sido llevada a la sabiduría.
Si la moral fuera lo que a uno mismo le complace, confirmando o validando los actos, entonces se adecuaría la moral a medida, convirtiendo la medida moral en nuestros propios intereses y no en el proyecto de un destino.
La filosofía definió por "felicidad" el proyecto de la vida propio del destino humano. Esta felicidad es iluminada por la idea platónica del bien.
Pero la moral no es necesariamente una doctrina filosófica. Un ejemplo de ellos son los mandamientos, que siendo el mayor imperativo moral, no tiene su origen en la filosofía.
En conclusión, la moral puede ser y no ser una disciplina filosófica. La vida humana conlleva de una manera espontánea un orden ético, que es a su vez la fuerza por la cual el hombre crece.
Este orden ético proviene primeramente del núcleo familiar (educación). En ella reside el primer aliento moral y sólo luego, saldrá a la conquista de su destino.
El primer ámbito ético es la familia. La filosofía moral viene después. Ella esta llamada a establecer el principio fundamental desde donde se edificará tanto el carácter como la costumbre. El principio fundamental ético se basa en tres pilares: la Libertad; la Virtud y el Bien, por los que la filosofía moral se encuentra asentada.
No hay cuestión ética sino en el ámbito de la libertad. En ella el hombre está entregado a su propio ser (quehacer). La virtud es la capacidad permanente de hacer bien hecho el trabajo de la libertad . En la libertad la acción virtuosa se prolonga. La libertad es para el bien y la virtud la capacidad de elegir bien (la obra buena). El bien entonces es lo que la virtud elige libremente.
Para Kant, la razón pura en sí misma, es la libertad. Lo que en definitiva determina la libertad kantiana es la ley moral. Se debe obrar de manera que el principio de una ley universal (moral) guíe la propia voluntad.
La ética de Aristóteles por su parte, es fundamentalmente una ética de virtud (disposición habitual y firme de hacer el bien) . La felicidad es para él la virtud misma.
La libertad de Kant es, a la vez, virtud y bien. La virtud en Aristóteles es, a la vez, libertad y bien.
La fuente esencial y escondida de la ética es el "amor", porque ahí es donde reside el bien absoluto, desde donde por medio de la virtud reside la libertad y finalmente la esencia de la moral.
FORMULACION DE LOS PRINCIPIOS MORALES
El razonamiento moral culmina con la formulación de principios éticos.
El juicio moral es el acto mental que afirma o niega el valor moral frente a una situación o comportamiento. Por medio del juicio moral se pretende la búsqueda de la verdad.
El juicio moral se pronuncia sobre la presencia (o ausencia) de un valor ético, en una situación o comportamiento concreto.
Principios:
Los principios morales se entienden como direcciones del valor. Por ejemplo " ama a tu prójimo como a ti mismo", es decir, lo que quieras para ti, hazlo a los demás.
Los principios éticos orientan y dirigen al sujeto. Se visualizan, en una realidad concreta sus consecuencias, identificando la presencia de un valor.
Necesidad de Normas:
la norma establece el contenido del comportamiento (mientras que el principio dirige las actitudes). Las normas morales son necesarias para discernir lo que esta bien y lo que esta mal. Desde el punto de vista moral, se entiende por norma la obligación del valor moral.
Toda persona necesita conocer los límites precisos de respetar. Para ello utiliza mediaciones (valores morales) que se apliquen al comportamiento concreto.
En la aplicación de la norma existen dos posturas:
La deontológica, que postula a la validez de la norma independientemente de las consecuencias. Deja lugar para las excepciones o recurre a principios interpretativos que asumen la importancia de la circunstancias concretas para resolver problemas éticos conflictivos. (ejemplo de excepción: matar en legítima defensa, la guerra justa, la pena de muerte ).
La ética cristiana, que privilegia la atención al objeto moral y que defendiendo la postura deontológica, no rechaza considerar la teleología interior del obrar en cuanto orientado a promover el verdadero bien de las personas, sino que reconoce que éste sólo se pretende realmente cuando se respetan los elementos escenciales de la naturaleza humana.
La Teleológica, que se atiene a las consecuencias previsibles. Cae en el "consecuencialismo" si desconoce el discurso objetivo de la norma porque reduce a la ética a una apreciación subjetiva a partir de las solas circunstancias, negando la posibilidad de elaborar un discurso capaz de orientar al sujeto en las distintas situaciones.
También se hace la distinción entre la actitud moralmente buena o mala de la persona, y que depende la voluntad o falta de voluntad de tender hacia el bien;
y del comportamiento moralmente recto o erróneo, que depende del juicio en virtud, del cual una acción debería o no cumplirse.
CONCIENCIA
La conciencia es el núcleo más secreto y sagrado del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo. Es aquella capacidad moral de la persona que le dice subjetivamente lo que es bueno y malo, y que le manifiesta su obligación moral.
Es un juicio de la razón por el que la persona reconoce la calidad moral de un acto concreto. La conciencia bien formada es recta y veraz; formula sus juicios según la razón, conforme al bien.
Frente a una decisión moral, la conciencia puede formar un juicio recto, conforme a razón y a la ley divina, o al contrario un juicio erróneo, que se aleja de ellas... El ser humano debe obedecer siempre el juicio cierto de su conciencia. La conciencia moral puede formar juicios erróneos por ignorancia (no siempre exentos de responsabilidad).
EL ENFOQUE DE LA LEY NATURAL
De acuerdo con este enfoque, existen siete valores fundamentales que se identifican con la esencia del ser humano.
1. La vida Respeto a todo lo que tiene vida (humana, vegetal, etc.).
2. La amistad Amor al prójimo.
3. El conocimiento Derecho a la instrucción.
4. Belleza Participación en lo que uno considera bello y alimenta el espíritu.
5. Alegría Tener buen ánimo
6. Religión Participación activa de la espiritualidad y purificación del alma.
Participar de estos valores fundamentales, hacen del hombre un ser más pleno, más humano. Atentar a los mismos significa ser menos humano, se actúa anti-éticamente; se contradice la voluntad divina pretendida para cada ser.
Toda persona esta llamada al compromiso con estos valores fundamentales. De dicho compromiso se derivan cuatro principios (éticos) de justicia personal a seguir por todo hombre:
a. No contrariedad No actuar directamente en contra de un valor fundamental.
b. Libertad A mayor libertad mayor es el compromiso con los valores fundamentales.
c. Reacción Toma de medidas para evitar acciones contrarias a estos valores.
d. Bien común Contribuir al bien común facilitando la participación de los demás de los valores fundamentales.
Estos principios son independientes de la cultura y tradición en la que se esta inserto.
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